Cuadros de flores: una interpretación moderna del bodegón

Aprovechando las novedades que hemos incluido recientemente en la categoría de cuadros al óleo de flores, presentamos este post en el que repasaremos algunos detalles de esta tipología de óleos decorativos.

Los orígenes de los cuadros de flores

En el título del artículo ya hemos dado alguna pista de cómo se inicia la representación de flores en la pintura. Bajo nuestro punto de vista, se empiezan a pintar las flores en detalle en el género pictórico denominado bodegón. Éstos utilizaban composiciones cotidianas, como por ejemplo una mesa de comedor con varias piezas de fruta, utensilios de cocina o cualquier elemento que formase parte del escenario, excluyendo las personas.

Los bodegones son populares en aquellos que se inician en la pintura, pues les permite practicar conceptos básicos de la pintura como el encuadre, la proporción, las luces y las sombras, utilizando elementos geométricamente sencillos. Por ejemplo una manzana puede simplificarse con una esfera; Una botella la podríamos representar en un primer esbozo como un cilindro.

¿Qué relación hay entre los óleos de flores y los clásicos bodegones?

Hoy día parece que la única similitud es el elemento pintado: la flor. Antiguamente las flores se pintaban porque pertenecían a una escena cotidiana, como la de una mesa de centro presidido por un jarrón donde se asomaban una decena de ellas. Hoy se utilizan las flores en pintura decorativa por sus connotaciones: belleza, pureza y/o delicadeza, entre otros.

Clasificación y lugares idóneos donde colgarlos

En principio no hay ninguna restricción a la hora de utilizar cuadros con flores para un determinado espacio. Aún así, distinguiremos varios tipos de cuadros que incluyen flores. Los analizaremos para después justificar el porqué hemos decidido exponerlo en una habitación u otra.

Cuadros de Paisajes

El cuadro muestra una escena con un estanque donde vemos varias plantas y sus reflejos en el agua. Se aprecia dos tipos de nenúfares: unos más alejados de color amarillo, y los más cercanos pintados en un tono granate. Los colores no buscan una interpretación fiel de la realidad, sino que intenta extraer la esencia de la escena utilizando una pincelada rápida.

Este óleo, al incluir más elementos además de las plantas que conforman una escena, lo hemos catalogado como “paisaje”. Por ello recomendaríamos exponerlo en una habitación común importante: en la imagen preside el salón, que combina con los colores característicos del sofá.

Cuadros de flores con gran detalle

Se trata del tipo más común de diseño, que presenta grandes flores con una reproducción detallada de los pétalos y parte del tallo. Se trata de la interpretación moderna de la flor como símbolo, dando rienda suelta a la imaginación: Se pueden utilizar colores intensos como el rojo o el violeta para los pétalos, al igual que blancos y plateados para representar los tallos.

La imagen de arriba pertenece a un cuadro de amapolas. Se ha utilizado un saturado color rojo y naranja para los elementos y un discreto gris-negro con zonas más blanquecinas para el fondo. Estos motivos protagonizados únicamente por flores son muy comunes para vestir el cabecero del dormitorio

Cuadros de flores realistas

Al más puro estilo bodegón, presentamos estos diseños con flores de corte realista. Se trata de un óleo de formato cuadrado con una composición que recuerda a la de los jarrones decorativos usados como floreros. Este en concreto se centra en la parte de la planta, creando un fondo simplificado mediante mancha de color.

Se busca reflejar la realidad con el mismo color: basta fijarse con el tono verde oliva de las pequeñas hojas que forman las ramas. Para los pétalos se ha buscado un cálido tono rojo que tiende hacia naranja y amarillo según como incide la luz. En un segundo plano se observa una flor más discreta pintada en un violeta pálido.

Este cuadro es ideal para cualquier tipo de habitación, tanto su temática como su colorido neutro lo hacen muy versátil. Hemos escogido acompañarlo de un Chester marrón porque combina bien con los tonos naturales del óleo, como el citado verde de las ramas.

Cuadros de flores modernos

Volvemos a un diseño más desenfadado: Una interpretación libre que busca la armonía cromática con el uso de una paleta de color cálida. Los elementos figurativos que representan las flores se insinúan mediante una sutil textura que perfila los pétalos. El tallo se representa con el clásico minimalismo: Una fina pincelada que crea ondulaciones en su extensión.

Es un óleo que se acerca mucho a la abstracción, con el uso de manchas de color más o menos saturadas y por la variedad de tonos, que al fin y al cabo representa el variado colorido que veríamos en una extensión cubierta por variedades distintas de flores.

Hasta aquí este nuevo post temático de nuestro blog. ¡No te pierdas los próximos!